En la educación tradicional adultos deciden lo que los niños necesitan aprender y la capacidad de retener y reproducir información se utiliza como medida del éxito académico. El maestro es el dador activo de información y los niños son receptores pasivos.

El enfoque Montessori gira en torno a la actividad del niño. El profesor asume un papel diferente proporcionando las circunstancias adecuadas para que los niños puedan ser guiados para encontrar lo que necesitan de lo que se les ofrece. Los niños se convierten en aprendices activos y son capaces de alcanzar su propio potencial único, ya que están aprendiendo a su propio ritmo y el ritmo se centra en sus propias necesidades de desarrollo.

El enfoque Montessori ofrece:

• Un ambiente que sirve a las necesidades particulares de la etapa de desarrollo de cada niño
• Un adulto que entiende el desarrollo del niño y actúa como una guía para ayudar a los niños a encontrar su propio camino natural
• Libertad para los niños a participar en su propio desarrollo de acuerdo con su propia línea de tiempo de desarrollo